El alimento que uno come debe ser puro, libre de sutiles maldades
irradiadas por las personas que recolectaron los ingredientes, cocinaron los
platos y los sirvieron. Sí, todos
éstos deben ser cuidadosamente observados por los aspirantes (El lugar donde
uno pasa su vida también tiene sutil influencia sobre el carácter y los
ideales)
No caigan en el hábito de comer de más, causándose indigestión si
exceden el límite de algo, los puede llevar a peligrosas consecuencia
Todo debe tener un límite, y rebasarlo es muy dañino.
Si comen demasiado, eso les causará trastornos mentales. Coman sólo lo
suficiente, y si tienen alguna porción extra, compártanla con los demás... No
es suficiente si solo lo escuchan (leen) pero no lo ponen en práctica.
.... En lo que concierne al alimento hay tres aspectos relativos a su
limpieza por lo que debemos velar. Uno es la limpieza del material que usemos para cocinar el alimento.
El segundo es la limpieza de los utensilios en los que vayamos a cocinar
el alimento. El segundo es la
limpieza de los utensilios que se vayan a emplear para prepararlos.
El tercer aspecto se refiere a la limpieza del proceso de preparación. Esto no siempre resulta fácil de lograr.
Hemos de albergar buenas ideas hasta la fase final de cocimiento de los
alimentos. Así es como lograremos
la plena limpieza en su elaboración.
Sin embargo, aunque surjan dificultades en estos aspectos de la limpieza, ya sea en los utensilios, los materiales o el proceso mismo de preparación, si le ofrecemos los alimentos a Dios antes de comer, todos los alimentos se volverán limpios. Al ofrecer de esto modo nuestra comida al Señor, la sometemos a los tres aspectos de limpieza y es por ello que nuestros ancestros nos han señalado que son estos los pasos que hemos de observar en cuanto a nuestro alimento. Lamentablemente, hoy en día, cuando uno siente hambre, no se preocupa de lo que come ni qué tipo de alimentos ingiere. Simplemente, come cualquier cosa...